sábado, mayo 26, 2007

La vie en digital

- Mañana tenemos que comprar un periódico.
- ¿Sale alguien que conozcamos? - pregunto extrañado sin levantar la vista del ordenador.-
- No.
- ¿Entonces para qué lo quieres? - no se me ocurría otro motivo para comprarlo.-
- Es que tenemos que poner algo en el suelo para pintar la pared del pasillo.
- Entonces compro un par. El de mañana no tiene muchas hojas. – y vuelvo a leer mis feeds sonriendo divertido.-

Hay conversaciones que no hace mucho habrían sido como un chiste malo. Y la tele va por el mismo camino... el de convertirse en un objeto del medievo. Esto me lo apunto como éxito.

sábado, mayo 12, 2007

Descargar los datos fiscales... haciendo el pino

Este año me disponía a cumplir con mis obligaciones tributarias con entusiasmo..., y no porque esperase una cuantiosa devolución. Resulta que hace unas semanas descubrí con emoción que la Agencia Tributaria había lanzado una versión multiplataforma del programa de cálculo de las retenciones del IRPF. Por algún extraño motivo asumí que iba a poder escribir este artículo alabando ese gran paso para el ciudadano que habría sido no tener que buscar un ordenador con Windows, Internet Explorer, privilegios de administrador, y alguna versión de Java del lustro anterior, para conseguir hacer la declaración de la renta.

Como no había instalado el programa de cálculo de las retenciones (no es una tarea que yo haga habitualmente), pues no sabía en ese momento que no funcionaba, al menos en mi equipo. La verdad es que no era algo muy difícil de imaginar viendo el formato que habían elegido para empaquetarlo. De todos modos no es mi objetivo criticar la forma en que han realizado la implementación, no vaya a ser que los desanime ahora que han empezado. Esperemos que estén cogiendo experiencia y que en próximos intentos descubran los mecanismos de empaquetado del siglo XXI.

En fin, después de darme cuenta que había sido demasiado optimista me puse a la faena, pensando que quizá el año que viene consigamos dar otro pasito y no le di más vueltas. Así, descargué e instalé el programa "Renta y Patrimonio 2006", (en el directorio predeterminado ya que pretendía usar las opciones telemáticas), le asigné privilegios de administrador al directorio (este año no iba a pasarme otra vez lo de tener la declaración a medias y al intentar guardarla descubrir que iba a tener que volver a empezar), instalé la versión de java recomendada, importé mi certificado digital a Internet Explorer y me dispuse a descargar los datos fiscales para incorporarlos directamente a mi declaración. Abordé estas tareas con disciplina y absoluta resignación, si cuestionar lo absurdo de la mitad de las operaciones que acabo de describir y sin intentar descubrir el misterioso proceso de razonamiento que las había motivado. Esto ya lo había hecho en campañas anteriores, así que este año decidí ser disciplinado e incluso usar Internet Explorer si era necesario.

El caso es que después de rellenar las seis primeras pantallas y dar al botón “Incorporar datos fiscales”, pensé que todo iba sobre ruedas y que en una hora más o menos iba a conseguir terminar presentando la declaración de forma telemática. Lejos de finalizar la operación satisfactoriamente obtuve este error, que no conseguí averiguar a qué se debía:


Guardé la declaración (al menos tenía los datos personales), cerré mi sesión y como no estaba dispuesto a tener problemas, decidí hacer todo en adelante como usuario administrador (afortunadamente tenía esta posibilidad). Los niños que lean esto no deben intentar repetirlo... no es una buena práctica usar un ordenador como usuario administrador ni aunque uno crea que sabe lo que hace. Yo sé lo que hago y utilizo un usuario sin privilegios.

Sin embargo, aquí es donde empezaron mis verdaderos problemas, justo cuando pensaba que habían terminado. Para empezar, sólo es posible incorporar los datos fiscales en el exacto punto que he descrito antes así que tuve que volver a rellenar las seis pantallas cada vez que abría y cerraba el programa para probar algo nuevo. Más privilegios, cambio en las extensiones asociadas a determinados tipos de archivo, navegador predeterminado, otras versiones de java, y otro montón de tonterías que se me fueron ocurriendo o que leí en la sección de preguntas frecuentes y que no me llevaron nada más que a perder el tiempo. Por señalar algo positivo, importar los datos personales desde la declaración del año anterior hace todo esto algo menos pesado, pero aun así hay que pasar por seis pantallas para llegar al botón “incorporar datos fiscales”.

Cuando ya iba a desistir y después de haber dedicado un par de horas a estropear la configuración del ordenador, finalmente conseguí mis datos fiscales como suelen resolverse estas cosas, probando algo que no venía a cuento fruto de la desesperación. Resulta que utilizando esta dirección:

https://www5.aeat.es/es13/h/servurls.html
?WEB=INTERNET&PRG=100&EJE=2006
&VER=1.01&URL=DFC&EXT=?nif=[nif]&ape=[apellido]

en la que
[nif] = tu número de nif
[apellido] = tu primer apellido


que forma parte del mensaje de error, conseguí acceder a la descarga de los datos fiscales. Mira que sería sencillo un enlace desde el portal de servicios personalizados de la campaña de la renta. Al menos ahora está documentado algo parecido en la sección de preguntas frecuentes como último recurso.

Resumiendo, que me apunto otro fracaso más, porque aunque haya conseguido descargar los datos fiscales habría tardado mucho menos escribiéndolos a partir de la documentación que he recibido por correo ordinario. Cuando termine de revisar la declaración, y la presente de forma telemática, espero poder apuntarme el éxito por haber ahorrado unos folios, que al fin y al cabo el medio ambiente saldrá beneficiado. Lo que tengo asumido es que tendré que crear un agujero de seguridad en el ordenador que justificaría apuntarme otro fracaso, pero de eso es mejor ni hablar... al fin y al cabo la Agencia Tributaria es un modelo de administración moderna y telemática... En fin... es lo que hay. Por lo menos el proceso de devolución suele ser rápido y eficaz.

martes, mayo 01, 2007

El noble arte de elegir un hotel barato

Después de escribir dos artículos seguidos relacionados con los viajes va a parecer que me paso la vida de aeropuerto en aeropuerto viendo el mundo que está más allá del Pisuerga. Nada más lejos de la realidad, para mi desgracia. Lo cierto es que me encantaría viajar mucho más de lo que lo hago, pero al habernos educado en la época pre-Erasmus, no tenemos costumbre de planificar viajes rápidos y baratos, características indispensables para poder disfrutar de varios viajes al año. En el post anterior describí algunas de las tareas de preparación de un fin de semana en Milán y estas vacaciones de pascua, como queríamos pasar unos días en Londres, aprovechamos de nuevo parte de ese conocimiento.

La mayor parte de las tareas de preparación del viaje fueron muy parecidas a las del viaje a Milán, (cambiando algunos proveedores y medios de transporte), así que lo único que merecería ser documentado es el noble arte de elegir un hotel barato a partir de las opiniones de los usuarios. Aunque lo intenté e invertí un buen número de horas leyendo comentarios y comentarios de usuarios en sitios como Tryadvisor, al final no llegué a una conclusión satisfactoria a tiempo. Ante el riesgo de meter a nuestros compañeros de viaje en un agujero infame sin baño en la habitación decidí ser conservador y analógico y pedir consejo a los amigos que habían estado últimamente por allí. Afortunadamente Juanvi me recomendó un hotelillo en la zona de Paddington con la categoría de “suficiente”. Para quien no conozca esta categoría en la hostelería anglosajona diré que se trata de alojamientos baratos (para los estándares de Londres), céntricos (también para los estándares de allí), y límpios (para los estándares de la cultura occidental). Así acabamos en el Seymour Hotel y descubrimos lo que es hacer maniobras para entrar en la ducha, porque el baño era toda una oda a la ingeniería de la miniaturización. A pesar de todo, como sólo íbamos a dormir, y no muchas horas, cubrió nuestras necesidades a la perfección... y eso que no tenía Wi-fi.

La gestión de las reservas a través de hotelclub.com también discurrió sin problemas dignos de mención, ni durante el proceso ni al llegar allí. Internet siempre genera una cierta inquietud a que te hayan perdido la reserva o a que te den una habitación de características diferentes a causa del overbooking. En esta ocasión no hubo sobresaltos, más propios por fortuna de los años 90 que del siglo XXI. Después de evaluar varios de los grandes mayoristas hoteleros internacionales, incluyendo el que está integrado con Google Earth, como no tenía referencias de ninguno de ellos el precio fue el factor decisivo en la elección. Los precios que aprecían en la recepción del hotel eran exactamente los mismos que los pagamos online a través de hotelclub.com, luego parece que dimos con un intermediario que aporta valor sin incrementar el precio del servicio. Desde luego, para ocasiones futuras parte con ventaja como proveedor de cabecera.

El trayecto entre Stansted y Londres, también vale la pena comprarlo online (la mejor tarifa la encontré directamente en Ryanair) y recoger los billetes con el localizador en las máquinas expendedoras del aeropuerto. Además de ahorrar unas cuantas libras (casi 9 Euros por billete), también se evita la cola de la ventanilla de la taquilla del Stansted Express, porque claro, una buena parte de la gente que venía en el avión, tampoco lo compró con antelación... alguna ventaja tenía que tener ser ciudadano digital.

La otra diferencia respecto a otras veces que habíamos estado en Londres ha sido la Oyster Card, que ofrece gran flexibilidad para gestionar todo el transporte en Londres (metro, autobús, DLR, barcos, etc), de una forma mucho más económica que hace unos años... además de disponer de gestión online. Esto no lo sabía antes de ir, pero también es posible llevarlo todo perfectamente organizado desde casa. Y es que estudiar el estado del arte del transporte, con el cansancio que uno lleva después de un montón de horas de viaje y de controles de seguridad, pues no apetece mucho.

Como ya he empleado el espacio que me parece razonable para que un artículo no se convierta en un ensayo me voy permitir un próximo artículo para documentar las tareas para después de un viaje digital, que espero publicar próximamente, aún a riesgo de que este blog parezca un blog temático de viajes.