viernes, octubre 12, 2007

Esta vez sí obtuve un certificado de empadronamiento... y no un volante

Antes de contar esta historia tengo que aclarar que en realidad nunca he conseguido un certificado de empadronamiento online... hasta ahora. Me explico. Mi ignorancia acerca del funcionamiento de la administración pública me llevó a solicitar un certificado de empadronamiento (cuando en realidad necesitaba un volante), y como quien me atendió en el 010 no me corrigió y me envió mi volante de empadronamiento, yo acabé contando mi éxito online muy orgulloso, y confundiendo a mis 15 lectores.

En esta ocasión, como ya había solitado una vez lo que yo pensaba era el mismo documento, me enfrenté a este trámite con la seguridad de quien ya ha triunfado una vez y conoce el procedimiento. Por primera vez, lo tenía todo documentado en un post anterior así que no podía fallar nada. En ese momento recordé que llevaba algún tiempo viendo por la ciudad carteles publicitarios anunciando Tramit-AVA en los contenedores de pilas de reciclaje así que pensé que era un buen momento para echarlo un vistazo. Efectivamente uno de los trámites que es posible realizar online a través de este servicio es la “solicitud de volante de empadronamiento”. Será que es un volante y no certificado y yo lo he llamado mal toda la vida, pensé. Ya me había ocurrido algo parecido cuando solicité un certificado, que no partida, de nacimiento así que cumplimenté el formulario y pulsé enviar sin darle más importancia.

Al día siguiente, recibí un amable correo electrónico desde el negociado de población del Ayuntamiento de Valladolid indicándome que un volante no es lo mismo que un certificado y que éste último no se puede solicitar a través de Tramit-AVA. En el mismo correo me explicaban que debía ir personalmente al Ayuntamiento para entregar la instancia de solicitud del certificado de empadronamiento junto con una fotocopia de mi DNI, y que si tenía alguna duda más podía utilizar el 010.

Con esta respuesta me dirijí de nuevo al 010 para preguntar si había alguna forma de resolverlo sin tener que desplazarme hasta el Ayuntamiento. En unos minutos me respodieron que podía remitir la solicitud por fax y que me lo enviarían por correo certificado a mi domicilio. Por cierto, la rapidez de respuesta del servicio del o1o a cualquier hora del día es impresionante. Quizá sea yo el único ciudadano que lo utiliza. Decidí tentar mi suerte (tampoco tenía un fax a mano) y lo envié todo escaneado adjunto a un correo electrónico. Algo más de una semana después ya tenía el certificado de empadronamiento en casa. Para ser el mes de agosto, es un plazo más que razonable.

A pesar del aparente lío y de la poca claridad en la información acerca de los procedimientos tengo que, además de anotarme un éxito online, volver a felicitar al Ayuntamiento de Valladolid. Sencillamente porque no ignora los correos electrónicos de los ciudadanos como hacen la mayor parte de las administraciones públicas y porque tiene voluntad de resolver los trámites evitándome el desplazamiento. Esto sería suficiente para que todas las administraciones públicas, sin demasiada inversión, diesen un paso de gigante en administración electrónica. Sólo con que respondiesen al correo electrónico. Ese instrumento que unos dicen que está muriendo y que sin embargo la gran mayoría de usuarios, incluyendo los que son funcionarios públicos, no ha aprendido a utilizar correctamente.

Voluntad de no hacerme ir y responder al correo es todo lo que hace falta en la mayor parte de los casos para que los ciudadanos podamos ser un poco más digitales sin que las administraciones tengan que vaciar sus arcas en costosos proyectos de consultoría y licencias de software de última generación. No parece tan complicado.

martes, septiembre 25, 2007

Conseguir un certificado de nacimiento por via casi telemática

Una tarde de agosto, me disponía a abordar la desafiante tarea de conseguir una partida de nacimiento sin tener que ir a la oficina del registro civil. El plus de motivación estaba en evitar un desplazamiento a otra ciudad ya que soy una de esos raros ciudadanos que no vive en el mismo lugar que le vio nacer. Después de un par de búsquedas sencillas y unos minutos de lectura ya había adquirido un conocimiento mínimo acerca de la estructura y funcionamiento de mi contrincante en esta ocasión, otra de las instituciones del estado con la que no tenía el gusto de haber tratado hasta el momento. Para los que estéis en el mismo estado de ignorancia que yo hace unas semanas, resulta que los registros civiles dependen del Ministerio de Justicia y que las partidas de nacimiento realmente se llaman certificados de nacimiento y los hay de tres tipos, "literal", "en extracto" y "plurilingüe".

Mi amigo Alberto Ayuso, que como abogado conoce bien su funcionamiento, nunca me ha transmitido una gran sensación de modernidad tecnológica respecto al Ministerio de Justicia, así que no es de extrañar que mi primera reacción fuese de duda ante la posibilidad de llegar más allá. Sin embargo, cuando todavía estaba valorando este pensamiento y tan sólo tres o cuatro clicks después, me encontré delante de un formulario que permite solicitar un certificado de nacimiento literal online y recibirlo por correo postal. No me lo podía creer. Hasta me sentí mal por haber dudado. Me emocioné pensando que este iba a ser mi mayor éxito hasta el momento y comencé a teclear en el formulario. “Nombre”, “Primer apellido”, “Segundo apellido”, ... “Tomo y folio donde está inscrito el hecho”... ¿Perdón?... ¿Qué tomo y qué folio? Pues va a ser que no me sé de memoria los datos registrales del hecho de mi nacimiento.

Después de unos segundos y superada la perplejidad inicial, la situación me hizo tanta gracia que ni siquiera me enfadé. Además, como había invertido tan poco tiempo en llegar hasta este punto pues no le di demasiada importancia. Como además intento ser un buen ciudadano digital busqué el formulario de ayuda y envié un mensaje preguntando amablemente dónde podía obtener los datos registrales que me pedían para poder solicitar mi certificado de nacimiento. Ni que decir tiene que no he obtenido respuesta a mi pregunta ni la espero a estas alturas, casi dos meses después. No creo que la justicia sea tan lenta. Como tantos correos electrónicos con que he importunado a la administración en ocasiones anteriores habrá terminado en el cementerio de los correos electrónicos que nadie piensa contestar. La historia debería terminar aquí con un fracaso online en mi haber y una sonora ovación para la mente brillante que diseñó el formulario.

Sin embargo, como sabéis, soy de natural persistente y no me rindo con facilidad, aunque no me respondan al correo. Por otra parte, la idea de dedicar un par de días de mis vacaciones a desplazarme a otra ciudad para realizar la gestión tampoco resultaba muy atractiva. Así, buscando un poco más, encontré otra posibilidad más o menos aceptable al leer las instrucciones para la solicitud del certificado de nacimiento. Cumplimenté un formulario normalizado con mi solicitud de certificado de nacimiento y la envié por correo al registro civil donde está inscrito tan magno hecho. Poco más de una semana después ya tenía mi certificado en el buzón de mi domicilio. Por supuesto cuando digo cumplimentar me refiero a rellenar con un bolígrafo (ya que el formulario sólo está disponible en pdf) y cuando digo enviar por correo, me refiero al correo postal, con sobre, sello y buzón amarillo. Mucho más rústica que la vía telemática pero mejor que la vía presencial en cualquier caso.

El caso es que a pesar de todo voy a apuntarme un éxito online porque además de conseguir mi objetivo me he enterado del tomo y libro donde está registrado el hecho de mi nacimiento. Por supuesto lo he anotado para poder realizar el trámite online la próxima vez que necesite un certificado de nacimiento por si a nadie se le ocurre una forma menos disuasoria de pedir los datos. Al menos me ahorraré el coste del sello. Al fin y al cabo, ¿para qué quiero una firma digital sabiendo el tomo y el folio donde está inscrito el hecho de mi nacimiento?.

viernes, agosto 31, 2007

Mi lista de programas open source

La gran conmoción que ha causado mi decisión de no ofrecer soporte para Windows Vista me ha obligado a preparar un nuevo anuncio mundial, explicando cuando finaliza el periodo de soporte para Windows XP y anteriores, y por supuesto cuáles van a ser los sistemas soportados en el futuro. Aunque he recibido fuertes presiones para que reconsidere mi decisión, confieso que estoy un poco decepcionado ya que no ha sido objeto de análisis en el blog de Enrique Dans. Esto me hace sospechar que el impacto real no es tan grande como me están haciendo creer en mi entorno, real y digital.

Ahora ya en serio, como las presiones cercanas son las que más afectan y han sido unas cuantas las peticiones para que transfiera el conocimiento necesario para ir adaptándose a un futuro sin soporte gratuito para Windows, he decidido ponerme a la tarea. Me ha tentado la idea hacer un análisis más riguroso de las implicaciones de esta decisión dentro de Open Economy pero finalmente me he decidido por un enfoque más personal y con destino al usuario doméstico. De este modo tengo la libertad para ser más cercano, y quizá menos riguroso, en las explicaciones sin que ningún purista me lo reproche. Quizá en un futuro publique una serie de artículos semejante destinado a la pequeña empresa.

Voy a empezar publicando la lista de las aplicaciones open source que utilizo para las tareas habituales que suele realizar un usuario doméstico con su ordenador personal. En muchos casos para estas tareas estaréis utilizando programas sin licencia que nos ha “pasado” alguien ya que el desembolso económico sería obsceno para vuestro uso doméstico. No voy a realizar análisis profundos de cada uno de los proyectos, el objetivo es sencillamente que los conozcáis, los probéis y poco a poco vayáis siendo conscientes de que no es necesario que nadie os “pase programas”. En muchos casos todas estos proyectos ofrecen características superiores a sus equivalentes comerciales y en todos los casos sus ciclos de evolución y corrección son mucho más rápidos por ser open source y estar apoyados por grandes comunidades de usuarios y empresas. Muchos de ellos tienen además carecterísticas que los hacen aptos para un uso empresarial, pero de esto, como ya os he dicho ya hablaré en otro momento.

Como un artículo con una lista de estas características no tiene sentido como solución de futuro he incluido una sección en la columna lateral del blog en el que pretendo mantener actualizada la lista de programas open source que utilice en cada momento. En cada uno de los proyectos tenéis el enlace a la página principal para que lo conozcáis, leáis un poco más sobre sus características e incluso, quien sabe, quizá os animéis a contribuir de algún modo. Sí, ya sé que la mayoría no sabéis programar, y que incluso los que sabéis no podéis hacerlo a un nivel suficiente para participar en estos proyectos. Sin embargo no es necesario saber programar para contribuir a un proyecto open source. De hecho ni siquiera es la principal necesidad en muchos de ellos. Hay otras muchas formas de contribuir que van desde la participación en la localización (traducción) de versiones, la redacción de documentación o el testeo de nuevas versiones, por no hablar del simple apoyo económico a través de pequeñas donaciones.

En los casos en los que existe incluyo en la lista el enlace a la suscripción RSS que os permitirá estar informados de la actualización de versiones y otras noticias de los proyectos de forma mucho más cómoda que revisándolos periódicamente. Si no lo habéis hecho todavía, es un buen momento para que veáis el video de explicación de RSS.

Como todos estos proyectos tienen versiones para Linux y Windows utilizándolos estaréis dando además el primer paso para poder utilizar Linux sin traumas cuando finalice mi periodo de soporte de Windows XP, que aunque no tiene fecha fija será en algún momento del año 2008. Espero que el anuncio os esté dando suficiente tiempo para adaptaros.

miércoles, julio 25, 2007

Reclamación de la devolución de tasas al Ayuntamiento de Valladolid

En artículos anteriores he contado cómo he intentado ser más productivo realizado de una forma más cómoda algunas tareas habituales como pedir un certificado de empadronamiento, hacer la declaración de la renta o planificar un viaje. Pero hasta ahora he dejado de lado otra de las ventajas que tienen la ciudadanía digital y la vida online y que no es sino la de poner a tu alcance las posibilidades reclamatorias del jubilado más ocioso.

Hoy voy a poner un ejemplo de esta categoría que me ocurrió hace un par de meses. Sí, ya sé que llevo un poco de retraso y lo peor es que algunos de artículos acaban perdiendo el sentido desde que los esbozo hasta que consigo escribirlos. No es el caso de esta reclamación, que puede realizarse hasta el 15 de Diciembre de 2007, aunque su procedimiento concreto sólo tiene utilidad para aquellos que seáis ciudadanos, digitales o no, de Valladolid. Sin embargo, la moraleja creo que es interesante para todo el mundo.

Más o menos esta es la secuencia de los hechos:
  1. El administrador de mi comunidad de vecinos me envía un correo electrónico con la información de una sentencia que obliga al Ayuntamiento de Valladolid a devolver la tasa que ha cobrado en concepto de alcantarillado y depuración entre marzo de 2001 y diciembre de 2005 (texto completo). Pues sí, hay administradores de fincas que usan el correo electrónico. En este caso se trata de Alonso Peña, C.B., y es una lástima que no pueda tributarle un enlace para hacerle un poco de publicidad por si alguno estáis buscando administrador. Otro día os contaré más cosas de cómo se simplifican los trámites con la comunidad de vecinos sólo con que el administrador sea ágil con el correo electrónico.
  2. La información contiene un enlace a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valladolid que es quien ha publicado el procedimiento para reclamar la devolución de la tasa al Ayuntamiento de Valladolid, incluyendo un documento modelo. En un momento la tengo descargada y leída. No conocía el web de la asociación y no es que yo sea un fan de la vida asociativa, pero la información nunca hace daño así que de paso me suscribo a sus noticias por RSS.
  3. Para hacer la reclamación sólo que hay que rellenar el documento y entregar fotocopias de los recibos afectados. Aquí ya se vuelve todo un poco más analógico ya que Aguas de Valladolid no ha entrado aún en la era digital y es el único proveedor que todavía me envía las facturas en papel. Como no ofrece factura online me toca buscar los recibos en las carpetas donde los tengo clasificados para escanearlos e imprimirlos. Como dispongo de los medios necesarios en casa (impresora y escaner), pues sólo son unos minutos de más.
En una media hora había leido toda la información necesaria, había rellenado los papeles y lo tenía listo para ir a entregarlo al registro del Ayuntamiento de Valladolid. Lástima no poder evitar el desplazamiento, pero no iba a ser tan fácil. Quizá la próxima vez exista un procedimiento de registro telemático. Los pasos que va dando hacia la administración electrónica con iniciativas como TramitAVA son esperanzadores.

En definitiva, esta reclamación es un buen ejemplo de algo que nunca habría hecho siguiendo el canal habitual. Seguramente no habría llegado ni a enterarme de la posibilidad de hacer la reclamación ya que no leo periódicos. Y en caso de haberme enterado pues la cantidad de dinero (en mi caso la friolera de unos 50 € ya que sólo me afectaba 1 año y medio) no habría justificado las molestias y el importe se habría convertido en una "donación", involuntaria y sin deducción fiscal, al ayuntamiento.

Todavía estáis a tiempo de reclamar los que tengáis derecho a la devolución, ya que si tenéis recibos de los 5 años sí que puede ser una cantidad interesante. Además os lo he puesto más fácil todavía con la descripción y los enlaces. Yo por el momento me voy a apuntar un éxito online y si el ayuntamiento me llega a devolver el dinero, pues me apuntaré otro más.

jueves, julio 05, 2007

Un explicación muy sencilla sobre RSS

RSSUna de las preguntas a las que respondo con más frecuencia en mi faceta apostólica es esa que comienza con algo así como:
"¿tú sabes para qué sirve eso del RSS?"
En concreto ahora mismo debo a Mai una respuesta. Aunque he intentado en un par de ocasiones escribir un pequeño artículo al respecto, la tarea me ha desbordado y no he sido capaz de sintetizar la cuestión en unas pocas líneas. Sin embargo, a través de mi corresponsal en Manchester me ha llegado este video hecho en Common Craft, que ilustra la idea básica de una forma muy divertida en menos de 4 minutos (yo soy mucho más pesado) y que me ha resuelto el problema del artículo:



Sí, está en Inglés, pero casi todas las cosas interesantes en Internet lo están y no parece que eso vaya a cambiar. Al menos hasta que Google resuelva el problema del plurilingüismo en el mundo con la traducción automática. Porque que produzcamos buenos contenidos en español no es una esperanza razonable. De todos modos me consta que el idioma no es un problema para quienes suelen acercarse por mi casa en internet y además el video tiene hasta subtítulos.

Sólo un par de comentarios acerca del video:
  1. Google Reader es la mejor herramienta de las que se usan desde el navegador. No hay versión en español por el momento pero no creo que tarden en sacarla.
  2. Para quienes uséis un pograma de correo en vuestro ordenador Mozilla Thunderbird tiene el lector de RSS integrado. Es una buena excusa para que os deshagáis de Microsoft Outlook o Outlook Express y comencéis a utilizar un pograma de correo electrónico de verdad.
Muchísimas gracias Isa por adelantado de parte de todos los que se inicien en el maravilloso mundo de la sindicación de contenidos con este video. Y por cierto, Isa, lo de no saber lo que es el RSS y otros conceptos relacionados no es patrimonio de los de letras. De alfabetización tecnológica, consecuencia de la alergia al ordenador, están necesitados igual los de ciencias que los de letras. No está ahí la brecha digital. Lo dicho, que lo disfrutéis. Y las dudas, ya sabéis, a los comentarios, que tenemos que aprender todos.

sábado, junio 30, 2007

El final del verano, digo de la renta 2006

Después de mis tribulaciones con la descarga e incorporación de los datos fiscales al programa PADRE, parece que la AEAT no me guarda rencor por publicar mi descontento en Internet. La verdad es que el artículo tuvo un éxito inesperado y finalmente y por supuesto, no por mi artículo, la Agencia Tributaria decidió incluir el enlace de descarga de datos fiscales en la oficina virtual. Un poco escondido y con el curioso mensaje “Sólo Mozilla-Firefox”, pero al fin y al cabo ha sido una corrección de urgencia . En fin, no vale la pena darle más vueltas, este año ya terminó la campaña y sólo nos queda esperar que para el año que viene se mejore el procedimiento con la experiencia.

Mi campaña de la renta no ha finalizado el 30 de Junio, sino cuando recibí el mensaje de la foto anunciándome el pago de la devolución. Este es el primer año que lo recibo y tengo que reconocer que me he ilusionado como un colegial y que casi les he perdonado el tiempo que me hicieron perder:
  1. con la descarga de los datos fiscales
  2. intentado firmar digitalmente la declaración durante la presentación telemática
  3. al generar el archivo en pdf con mi declaración desde la aplicación de la oficina virtual
  4. prestando soporte a mis amigos que tuvieron problemas de distinto tipo

A pesar de todo esta vez vaya como éxito y halago el hecho de que menos de 24 h. después de recibir el mensaje ya tuviese el dinero disponible en mi cuenta. Me consta que mi caso no es singular así que aunque la “n” no sea muy grande, vamos a inferir que este mecanismo de anuncio de devoluciones sí que está perfectamente implementado. Como además transcurrió un periodo de menos de dos semanas desde la presentación telemática hasta la devolución, no tienen mucho margen de mejora en esta línea.

Mi enhorabuena a los responsables y por supuesto a todos los premiados. A ver si el año que viene consiguen que todo se haga sin tantas restricciones tecnológicas. Claro que nada de lo que me ha pasado a mi es comparable al castigo al que se ha visto sometida nuestra amiga “aficionada”... y eso que le tocaba pagar.

viernes, junio 08, 2007

Anuncio mundial: no voy dar soporte para Windows Vista

Como casi todos las personas de este mundo que no ven al ordenador como un enemigo, dedico una buena parte de mi tiempo libre a dar asesoramiento y soporte gratuito y desinteresado a mi círculo de confianza en el uso y manteniento de su equipamiento tecnológico. Afortunadamente este círculo no es muy grande, y además una buena parte del mismo no necesita de mi ayuda para nada porque tienen unos conocimientos iguales o superiores a los míos.

Es una tarea, que lejos de verla con el clásico enfoque pringao howto, siempre me la he tomado con mucho humor, y sobre todo como una oportunidad para explicar conceptos que desafortunadamente en boca de gente que no los comprende (aunque haya leido mucha PC-actual) acaban por dar lugar a leyendas urbanas de carácter más o menos dañino. En definitiva, este blog es una evolución de este pequeño servicio que presto a la comunidad. Documentando mis usos y costumbres tecnológicos se puede beneficiar mi círculo de amigos, algún despistado que pase por aquí, y además no tengo que contar las mismas cosas una y otra vez. Vamos, que simpre he tenido vocación de apóstol y con el blog he evolucionado a evangelista.

Últimamente en el desarrollo de esta bonita actividad que acabo de describir he tenido un par de conversaciones muy seguidas que me han hecho pensar que debía hacer un anuncio mundial:
" No voy a dar soporte para Windows Vista "
No voy a hacer una larga y sesuda reflexión técnico-económica del asunto, sencillamente es que no voy a ser usuario. Lo dejo publicado como referencia para no tener que repetirlo a lo largo del próximo año a todos los que me pregunten qué sistema elegir cuando se compren un nuevo ordenador. En realidad no vengo recomendando nada en particular en los últimos meses. Símplemente aconsejo a quien me consulta que al comprar un ordenador, que valore que yo no voy servirle de ayuda en un momento de apuro porque no voy a tener ningún conocimiento sobre Windows Vista.

Como no creo que vaya a sufrir demasiadas presiones por parte de Microsoft por la disminución de sus ventas, puedo afirmar que la decisión es firme e irrevocable. En todo caso, quizá sufra presiones de mi entorno, cuando algún problema con el DRM se cruce en el camino de algún probrecito/a que ya no encontró un portátil con Windows XP en el mercado. Ya no es tarea fácil en estos momentos. No creo que le vaya a restar muchas ventas a Microsoft, aunque sí que tengo certeza de que ya van dos (no voy dar nombres pero me estoy imaginando que sonreirán al leer esto). Y otro par de ventas están en serio peligro ya que Dell ha vuelto a poner en el mercado productos con Windows XP preinstalado. A lo mejor no soy el único haciendo este tipo de anuncios en su entorno. Y ya se sabe la Larga Cola y todo eso... pero esto son cosas para Open Economy.

Por cierto, ni éxito ni fracaso, sólo anuncio esta vez. Y de software open source, ya hablamos otro día.

sábado, mayo 26, 2007

La vie en digital

- Mañana tenemos que comprar un periódico.
- ¿Sale alguien que conozcamos? - pregunto extrañado sin levantar la vista del ordenador.-
- No.
- ¿Entonces para qué lo quieres? - no se me ocurría otro motivo para comprarlo.-
- Es que tenemos que poner algo en el suelo para pintar la pared del pasillo.
- Entonces compro un par. El de mañana no tiene muchas hojas. – y vuelvo a leer mis feeds sonriendo divertido.-

Hay conversaciones que no hace mucho habrían sido como un chiste malo. Y la tele va por el mismo camino... el de convertirse en un objeto del medievo. Esto me lo apunto como éxito.

sábado, mayo 12, 2007

Descargar los datos fiscales... haciendo el pino

Este año me disponía a cumplir con mis obligaciones tributarias con entusiasmo..., y no porque esperase una cuantiosa devolución. Resulta que hace unas semanas descubrí con emoción que la Agencia Tributaria había lanzado una versión multiplataforma del programa de cálculo de las retenciones del IRPF. Por algún extraño motivo asumí que iba a poder escribir este artículo alabando ese gran paso para el ciudadano que habría sido no tener que buscar un ordenador con Windows, Internet Explorer, privilegios de administrador, y alguna versión de Java del lustro anterior, para conseguir hacer la declaración de la renta.

Como no había instalado el programa de cálculo de las retenciones (no es una tarea que yo haga habitualmente), pues no sabía en ese momento que no funcionaba, al menos en mi equipo. La verdad es que no era algo muy difícil de imaginar viendo el formato que habían elegido para empaquetarlo. De todos modos no es mi objetivo criticar la forma en que han realizado la implementación, no vaya a ser que los desanime ahora que han empezado. Esperemos que estén cogiendo experiencia y que en próximos intentos descubran los mecanismos de empaquetado del siglo XXI.

En fin, después de darme cuenta que había sido demasiado optimista me puse a la faena, pensando que quizá el año que viene consigamos dar otro pasito y no le di más vueltas. Así, descargué e instalé el programa "Renta y Patrimonio 2006", (en el directorio predeterminado ya que pretendía usar las opciones telemáticas), le asigné privilegios de administrador al directorio (este año no iba a pasarme otra vez lo de tener la declaración a medias y al intentar guardarla descubrir que iba a tener que volver a empezar), instalé la versión de java recomendada, importé mi certificado digital a Internet Explorer y me dispuse a descargar los datos fiscales para incorporarlos directamente a mi declaración. Abordé estas tareas con disciplina y absoluta resignación, si cuestionar lo absurdo de la mitad de las operaciones que acabo de describir y sin intentar descubrir el misterioso proceso de razonamiento que las había motivado. Esto ya lo había hecho en campañas anteriores, así que este año decidí ser disciplinado e incluso usar Internet Explorer si era necesario.

El caso es que después de rellenar las seis primeras pantallas y dar al botón “Incorporar datos fiscales”, pensé que todo iba sobre ruedas y que en una hora más o menos iba a conseguir terminar presentando la declaración de forma telemática. Lejos de finalizar la operación satisfactoriamente obtuve este error, que no conseguí averiguar a qué se debía:


Guardé la declaración (al menos tenía los datos personales), cerré mi sesión y como no estaba dispuesto a tener problemas, decidí hacer todo en adelante como usuario administrador (afortunadamente tenía esta posibilidad). Los niños que lean esto no deben intentar repetirlo... no es una buena práctica usar un ordenador como usuario administrador ni aunque uno crea que sabe lo que hace. Yo sé lo que hago y utilizo un usuario sin privilegios.

Sin embargo, aquí es donde empezaron mis verdaderos problemas, justo cuando pensaba que habían terminado. Para empezar, sólo es posible incorporar los datos fiscales en el exacto punto que he descrito antes así que tuve que volver a rellenar las seis pantallas cada vez que abría y cerraba el programa para probar algo nuevo. Más privilegios, cambio en las extensiones asociadas a determinados tipos de archivo, navegador predeterminado, otras versiones de java, y otro montón de tonterías que se me fueron ocurriendo o que leí en la sección de preguntas frecuentes y que no me llevaron nada más que a perder el tiempo. Por señalar algo positivo, importar los datos personales desde la declaración del año anterior hace todo esto algo menos pesado, pero aun así hay que pasar por seis pantallas para llegar al botón “incorporar datos fiscales”.

Cuando ya iba a desistir y después de haber dedicado un par de horas a estropear la configuración del ordenador, finalmente conseguí mis datos fiscales como suelen resolverse estas cosas, probando algo que no venía a cuento fruto de la desesperación. Resulta que utilizando esta dirección:

https://www5.aeat.es/es13/h/servurls.html
?WEB=INTERNET&PRG=100&EJE=2006
&VER=1.01&URL=DFC&EXT=?nif=[nif]&ape=[apellido]

en la que
[nif] = tu número de nif
[apellido] = tu primer apellido


que forma parte del mensaje de error, conseguí acceder a la descarga de los datos fiscales. Mira que sería sencillo un enlace desde el portal de servicios personalizados de la campaña de la renta. Al menos ahora está documentado algo parecido en la sección de preguntas frecuentes como último recurso.

Resumiendo, que me apunto otro fracaso más, porque aunque haya conseguido descargar los datos fiscales habría tardado mucho menos escribiéndolos a partir de la documentación que he recibido por correo ordinario. Cuando termine de revisar la declaración, y la presente de forma telemática, espero poder apuntarme el éxito por haber ahorrado unos folios, que al fin y al cabo el medio ambiente saldrá beneficiado. Lo que tengo asumido es que tendré que crear un agujero de seguridad en el ordenador que justificaría apuntarme otro fracaso, pero de eso es mejor ni hablar... al fin y al cabo la Agencia Tributaria es un modelo de administración moderna y telemática... En fin... es lo que hay. Por lo menos el proceso de devolución suele ser rápido y eficaz.

martes, mayo 01, 2007

El noble arte de elegir un hotel barato

Después de escribir dos artículos seguidos relacionados con los viajes va a parecer que me paso la vida de aeropuerto en aeropuerto viendo el mundo que está más allá del Pisuerga. Nada más lejos de la realidad, para mi desgracia. Lo cierto es que me encantaría viajar mucho más de lo que lo hago, pero al habernos educado en la época pre-Erasmus, no tenemos costumbre de planificar viajes rápidos y baratos, características indispensables para poder disfrutar de varios viajes al año. En el post anterior describí algunas de las tareas de preparación de un fin de semana en Milán y estas vacaciones de pascua, como queríamos pasar unos días en Londres, aprovechamos de nuevo parte de ese conocimiento.

La mayor parte de las tareas de preparación del viaje fueron muy parecidas a las del viaje a Milán, (cambiando algunos proveedores y medios de transporte), así que lo único que merecería ser documentado es el noble arte de elegir un hotel barato a partir de las opiniones de los usuarios. Aunque lo intenté e invertí un buen número de horas leyendo comentarios y comentarios de usuarios en sitios como Tryadvisor, al final no llegué a una conclusión satisfactoria a tiempo. Ante el riesgo de meter a nuestros compañeros de viaje en un agujero infame sin baño en la habitación decidí ser conservador y analógico y pedir consejo a los amigos que habían estado últimamente por allí. Afortunadamente Juanvi me recomendó un hotelillo en la zona de Paddington con la categoría de “suficiente”. Para quien no conozca esta categoría en la hostelería anglosajona diré que se trata de alojamientos baratos (para los estándares de Londres), céntricos (también para los estándares de allí), y límpios (para los estándares de la cultura occidental). Así acabamos en el Seymour Hotel y descubrimos lo que es hacer maniobras para entrar en la ducha, porque el baño era toda una oda a la ingeniería de la miniaturización. A pesar de todo, como sólo íbamos a dormir, y no muchas horas, cubrió nuestras necesidades a la perfección... y eso que no tenía Wi-fi.

La gestión de las reservas a través de hotelclub.com también discurrió sin problemas dignos de mención, ni durante el proceso ni al llegar allí. Internet siempre genera una cierta inquietud a que te hayan perdido la reserva o a que te den una habitación de características diferentes a causa del overbooking. En esta ocasión no hubo sobresaltos, más propios por fortuna de los años 90 que del siglo XXI. Después de evaluar varios de los grandes mayoristas hoteleros internacionales, incluyendo el que está integrado con Google Earth, como no tenía referencias de ninguno de ellos el precio fue el factor decisivo en la elección. Los precios que aprecían en la recepción del hotel eran exactamente los mismos que los pagamos online a través de hotelclub.com, luego parece que dimos con un intermediario que aporta valor sin incrementar el precio del servicio. Desde luego, para ocasiones futuras parte con ventaja como proveedor de cabecera.

El trayecto entre Stansted y Londres, también vale la pena comprarlo online (la mejor tarifa la encontré directamente en Ryanair) y recoger los billetes con el localizador en las máquinas expendedoras del aeropuerto. Además de ahorrar unas cuantas libras (casi 9 Euros por billete), también se evita la cola de la ventanilla de la taquilla del Stansted Express, porque claro, una buena parte de la gente que venía en el avión, tampoco lo compró con antelación... alguna ventaja tenía que tener ser ciudadano digital.

La otra diferencia respecto a otras veces que habíamos estado en Londres ha sido la Oyster Card, que ofrece gran flexibilidad para gestionar todo el transporte en Londres (metro, autobús, DLR, barcos, etc), de una forma mucho más económica que hace unos años... además de disponer de gestión online. Esto no lo sabía antes de ir, pero también es posible llevarlo todo perfectamente organizado desde casa. Y es que estudiar el estado del arte del transporte, con el cansancio que uno lleva después de un montón de horas de viaje y de controles de seguridad, pues no apetece mucho.

Como ya he empleado el espacio que me parece razonable para que un artículo no se convierta en un ensayo me voy permitir un próximo artículo para documentar las tareas para después de un viaje digital, que espero publicar próximamente, aún a riesgo de que este blog parezca un blog temático de viajes.

lunes, marzo 26, 2007

"La Última Cena" no estaba en el ciberespacio

Hace unas semanas hicimos una pequeña escapada de fin de semana a Milán con dos amigos cuyas vidas son mucho más analógicas que las nuestras a pesar de mis esfuerzos por ir digitalizándolos poco a poco. Además de pasar un fin de semana agradable visitando Milán gracias a las bondades de los vueltos de bajo coste desde los aeropuertos de provincias, la planificación del viaje para mí era también un ejercicio para realizar todas las gestiones necesarias utilizando servicios del ciberespacio.

La primera parte fue como la seda, cumplí con todos los requisitos de mi experimento y como la mayor parte de estas gestiones las llevo haciendo varios años cada vez que viajo, ni tan siquiera la selección de proveedor me llevó demasiado tiempo. Así, en unos pocos días después de cenar:

  1. Compré los billetes de avión a Ryanair. La elección era sencilla ya que pretendíamos salir desde el aeropuerto de Valladolid. Ni siquiera fue necesario comprobar el precio en otras compañías.
  2. Realicé la reserva del hotel con Bancotel. Encontré un buena opción sin necesidad de ir a otro tipo de operadores más globales como hotels.com, hotelclub o booking.com
  3. Alquilé un coche a Hertz. Otras veces había utilizado Europcar porque tienen una mejor política de devolución de los vehículos en puntos distintos al de recogida. Esta vez, sin embargo, Hertz me cautivó con su línea de coches ecológicos.

Es cierto que todo esto no es gran cosa, estas gestiones las hace cualquiera desde finales de los 90 incluso sin ser un usuario demasiado avanzado. En la segunda fase y con lo imprescindible solucionado subí un poco el nivel:

  1. Planifiqué y descargué las rutas de los trayectos que íbamos a realizar en coche con Google Maps para utilizarlas con el Maemo Mapper en mi Nokia 770.
  2. Descargué los planos de Milán desde Google Maps para no tener la necesidad de utililizar un plano convencional de papel. De todos modos traje uno en papel para Isa, que también está en un estado de digitalización menos avanzado.
  3. Consulté la disponibilidad y precios de parking en el aeropuerto, horarios y localización de algunos museos.
  4. Contacté con el hotel por correo electrónico para comunicarles nuestra hora de llegada ya que era posterior al límite que tenían establecido para garantizar la reserva.
  5. Intenté sacar unas entradas para ver una ópera en la Scala. Aquí la barrera fue el presupuesto ya que aparentemente no había ningún problema para realizar la compra a través de internet.
  6. Finalmente intenté reservar la visita para ver "La Última Cena" de Leonardo Da Vinci en Santa Maria delle Grazie a través del sitio web de reservas online que tienen habilitado. No fue posible porque no había plazas para ese fin de semana, a pesar de que intenté hacer la reserva con más de un mes de antelación. O al menos eso fue lo que parecía desde Valladolid...

Para los que sabemos de arte lo justo para distinguir un cuadro de una escultura, “La Última Cena” de Leonarno Da Vinci, junto con Il Duomo son quizá las dos únicas cosas que la cultura general nos trae rápidamente a la memoria cuando se habla de hacer una visita a Milán. A pesar de la decepción por no haber podido conseguir una visita, yo tenía la sensación de haber triunfado en el ejercicio y me veía con autoridad para apostolar un poco acerca de las bondades del digital way of life. Sin embargo, cuando llegamos a Santa Maria delle Grazie dando un paseo el sábado de la mañana esta impresión se vino abajo rápidamente.


Después de haber visto el calendario de reservas online esperábamos encontrar una cola semejante a la de un estreno de starwars o a la del primer día de rebajas en El Corte Inglés. El caso es que la situación no era ni parecida, no más de 10 personas en toda la plaza, ninguna de ellas con ánimo de hacer cola ni la más mínima tensión que se suele manifestar cuando existe la posibilidad de perder la preciada plaza, reservada 3 años antes... Algo no encajaba.


Cuando preguntamos a las personas encargadas de atender a los visitantes a Santa Maria nos informaron amablemente de que con menos de una semana de antelación era posible encontrar una plaza en fin de semana (las más cotizadas). Además, si así lo deseábamos, ese mismo martes podíamos realizar la visita los cuatro. "No comprendo", le dije, "hace más de un mes que intentamos reservar a través de internet y no había plazas...". "Ya, bueno, es que a través de internet se ofrecen muy pocas plazas... para que las agencias no las acaparen. Para asegurar que las plazas se asignan a particulares la reserva se deben hacer por teléfono" – nos informó de nuevo amablemente la señorita- Por teléfono, pensé, ni se me habría pasado por la cabeza la posibilidad de hacer tal cosa... En fin, además de no poder ver el cuadro, la confianza de mis dos amigos en la ciudadanía digital se vio completamente minada porque a ellos la visita les hacía mucha más ilusión que a mí.


Aunque el resto de las gestiones relacionadas con el viaje fueron un éxito, voy a apuntarme un fracaso porque la organización de viajes a través de internet desde hace varios años ya no es un reto. Son estas pequeñas gestiones las que representan la posibilidad de dar un paso más allá, reservar una entrada para la ópera u organizar la visita a una iglesia o museo locales. Por tanto, primer fracaso al zurrón digital y ya sabéis si váis a Milano y leer El Código da Vinci os ha dado ganas de ver Il Cenacolo, usad el teléfono para reservar, nada de Internet. Si no tendréis que conformaros con los iconos de la cultura pop, quizá una visita a San Siro y otra a la tienda de Armani después de pasar por la Galería Vittorio Emanuelle II.

lunes, febrero 26, 2007

El 010 del Ayuntamiento de Valladolid y el certificado de empadronamiento que me trajeron los reyes magos

En beneficio de la captatio benevolentiae (por cierto, tengo que liar a mi amigo Iñaki para que escriba el artículo para la wikipedia), me voy a permitir contar cada una de estas pequeñas historias como si acabasen de ocurrir. Esto no siempre va a ser cierto, como es el caso, pero creo que no tiene ninguna importancia, sobre todo cuando se trate de poner de manifiesto el buen funcionamiento de un servicio como es este caso. Cuando se trate de alguno de mis fracasos online, intentaré cercionarme de que no ha mejorado el servicio desde mi patinazo.

Renovar el D.N.I. es una tarea completamente rutinaria, salvo en las ocasiones en que se produce algún cambio significativo en tu situación personal. En mi caso se trataba de un cambio de empadronamiento que es necesario acreditar con el correspondiente certificado que expide el ayuntamiento de tu municipio. Como es habitual, aunque no sea lógico, la administración hace recaer en tí como administrado la tarea de demostrar la nueva situación con documentación que expide la propia administración. Aunque sean de distinto rango, en este caso estatal (el Ministerio del Interior) frente a local (el Ayuntamiento de mi ciudad, esto es, el de Valladolid), deberían "hablarse" entre ellas, pero esa es otra historia.

El caso es que tratándose de un Ayuntamiento de un cierto tamaño (no es que Valladolid sea como Madrid, pero tampoco es un pueblo pequeño de la montaña) pensé que podría haber dado un cierto número de pasos en cuanto a servicios digitales al ciudadano se refiere. Después de revisar con detalle el sitio web del Ayuntamiento de Valladolid y no conseguir localizar la página de información acerca del trámite descargué el formulario normalizado de solicitud del certificado y comencé a hacerme a la idea de que iba a tener que ir a la oficina del Ayuntamiento y describir mi primer fracaso en este post.

Sin embargo, mientras hacía cábalas acerca de cuándo podía planificar una salida de la oficina que se presentaba larga (y de cómo iba a recuperar después ese tiempo de trabajo), pensé que sería una buena idea utilizar el canal de contacto con el Ayuntamiento para expresarles mi descontento con un trámite que me iba a obligar a perder varias horas de trabajo. Y esto es lo que pasó (las fechas y horas son completamente rigurosas):
  1. 21.51 horas del día 3 de Enero. Envío un escueto correo preguntando muy correctamente si existe alguna forma de obtener un certificado de empadronamiento sin tener que ir a las oficinas del ayuntamiento.
  2. 22.13 horas del mismo 3 Enero (sí, exactamente 22 minutos después). Recibo un amable correo indicándome que si les facilito una serie de datos me enviarán el certificado por correo ordinario.
  3. 22.23 horas. 10 minutos después. Todavía perplejo y emocionado escribo a toda prisa un correo con los datos que me solicitan.
  4. 22.33 horas. Otros 10 minutos después. Sin más, me confirman por correo electrónico que el certificado ha sido emitido y que por la mañana saldrá por correo ordinario a mi domicilio.

No cabe otro calificativo que el que se resume en las dos conocidas palabras que incorporó ese gran académico que es Jesulín de Ubrique a nuesto leguaje: “IM”-“PRESIONANTE”. Ni que decir tiene, que efectivamente, dos días después el certificado estaba en mi buzón, y eso que era un 5 de Enero, con medio país de resaca navideña y el otro medio esperando a los reyes magos de oriente.

En fin, soy consciente de que se puede sacar punta muchas de las cuestiones que he descrito, pero no es ese mi ánimo ni el objetivo de este pequeño proyecto. No obstante, si un servicio así funciona tan extrardinariamente bien, ¿no vale la pena al menos un párrafo en el sitio web del Ayuntamiento explicando que basta enviar un correo electrónico y que no es necesario ir físicamente a las oficinas? ¿Cuántas horas se malgastan a diario por este motivo? Además me imagino que este funcionamiento será similar para otro buen número de servicios (por cierto la documentación la tuve que localizar a través de una búsqueda en Google). Pero, si nadie nos lo dice, ¿cómo los vamos a usar?, sobre todo pensando en aquellos usuarios menos avanzados a los que encima últimamente se acusa de no poner interés en la sociedad de la información.

En cualquier caso, salvo este “pequeño” detalle de comunicación, tanto el funcionamiento, como el trato y la eficacia del servicio que he obtenido sólo lo puedo calificar como excelente y ejemplar. Exitos online 1 – Fracasos online 0