Esta mañana me he llevado una sorpresa inesperada. Al fin Google ha activado en mi cuenta de Gmail, el soporte para IMAP. Esto quiere decir que me he acabo de deshacer de la última tecnología que me tenía atado a los usos y costumbres de los años 90, la descarga de correo POP3. Desde hace ya unos años tengo la suerte de disponer de IMAP para mi correo electrónico corporativo, por lo cuál tener que descargar mi correo personal a mi equipo doméstico me resultaba especialmente penoso. Leer el correo electrónico con webmails es algo a lo que no he conseguido acostumbrarme, y eso que Gmail pertenece a la nobleza de los servicios que proveen correo electrónico gratuito. Supongo que con una cuenta en Hotmail habría terminado por dejar de utilizar correo electrónico y cambiar de profesión.Para quienes no estáis familiarizados con la jerga, estoy tan contento porque ahora puedo trabajar con mi correo electrónico desde cualquier ordenador y todos los cambios quedarán en el servidor. Me diréis que para eso ya está el webmail, al menos el de Gmail que simula una buena parte de las características de IMAP de forma bastante creativa. La diferencia está en que puedo disponer de todas las ventajas desde la comodidad de un programa cliente de correo electrónico, y no desde un webmail. En particular desde Thunderbird, que es el que yo utilizo como ya comenté cuando hice pública mi lista de programas Open Source. Para finalizar, un par de cosas que permite IMAP y que resuelven situaciones habitualmente molestas:
- El estado de los mensajes se almacena en el servidor: Cuando marcáis un correo como leído, si accedéis desde otro equipo, sigue estando leído. Pensad en las veces que habéis dudado.
- Las carpetas que véis son carpetas del servidor, no del equipo en el que estáis. Por ejemplo, los correos que enviáis se almacenan en una carpeta del servidor y cuando leéis el correo desde otro equipo siguen ahí. Volved a pensar en las veces que no habéis podido consultar un correo porque "lo habíais enviado desde casa".