Ah! Tú eres el del billete electrónico!
En ese momento me sentí como un auténtico colono atravesando las montañas rocosas en su camino hacia el salvaje oeste. Pisando terreno no explorado por el hombre blanco. Aunque fuese el año 2005 y una ciudad más o menos grande como Valladolid en un país presuntamente desarrollado digitalmente como España.
Esta historia ocurrió hace ya unos años, pero la he recordado mientras escribía el artículo acerca del compromiso de sostenibilidad de Renfe y aunque la he contado en multitud de ocasiones, he pensado que merecía un mini artículo.
2 comentarios:
Alégrate. Al menos no puso el ceño fruncido y dijo "y eto qué e lo que é???", ni tuvo que llamar al de la taquilla "¡Manolooooo!!! ¡¡¡ Mira a ver esto que dicen que es no sé qué de intennéeeee!!!"
Si es que nos quejamos de vicio...
Jua! Jua! Seguro que él todavía cuenta en las comidas familiares la historia del tío raro que vino con un billete en un papel.
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