jueves, septiembre 22, 2011

El roaming de datos en la UE y la fidelidad a los restaurantes

CC BY G.Hagedorn
Una de las cosas que más me molesta cuando viajo por trabajo es la sensación permanente de desconexión. Estoy acostumbrado a llevar siempre conmigo un smartphone conectado a internet con tarifa plana de datos, así que pasarme el día sin recibir correo electrónico o sin leer el timeline de twitter, me resulta incómodo. Por no hablar de lo poco práctico que resulta no  poder abrir la app móvil de Google Maps con  navegador GPS para localizar fácilmente los sitios a los que tengo que ir y que previamente he pinchado en una capa en el mapa.

Los precios del roaming de datos dan la risa por no decir otra cosa, así que al cruzar una de esas fronteras que en teoría no existen para los trabajadores y las mercancías, no queda más remedio que desconectar la 3G. Los bits aún no tienen permiso de libre circulación por la UE.

El caso es que la práctica habitual es leer el correo electrónico antes de salir del hotel por la mañana y en ocasiones no volver a hacerlo hasta por la noche. Y usar el mapa que te dan en el hotel para no perderte en la ciudad. Con precios que con frecuencia llegan a los 2€ por Megabyte no queda más remedio que volver a viajar como en los años 90 si no quieres volver con una factura inaceptable.

Una de las consecuencias curiosas que esto tiene en mis hábitos cuando viajo es que voy a comer y a cenar a los mismos restaurantes y a tomar café en las mismas cafeterías. Cuando vuelvo a una ciudad acabo buscando la forma de ir siempre a los restaurantes donde nada más entrar ya estoy conectado. Disponer de WiFi gratis y de fácil conexión se ha convertido en un servicio que me ha fidelizado como cliente en ciertos sitios donde probablemente su comida o su café no representa ninguna diferencia respecto a otros.

Supongo que si la comisaria Kroes termina por conseguir que las tarifas de roaming de datos en la UE tengan un precio aceptable en 2016 muchos de estos sitios me perderán como cliente. Pero parece que ese horizonte todavía queda muy lejano y a mí me quedan muchos kilómetros por hacer hasta entonces.

sábado, septiembre 17, 2011

La Junta de Castilla y León me pide en la oficina virtual que compre una licencia de Windows

Hace unas semanas me dispuse a realizar un trámite que he realizado con anterioridad en numerosas ocasiones, aunque siempre de forma presencial en la Junta de Castilla y León. No es particularmente complicado pero requiere la entrega de documentación de forma física, por lo que el beneficio de realizarlo online respecto a ir a la ventanilla es muy pequeño. Sin embargo, y dado que aún no había probado la nueva Oficina Virtual de la Administración Tributaria de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, decidí echarlo un vistazo por si el procedimiento había mejorado y ahora era posible realizarlo sin descargar el programa de ayuda PADIA e ir a la oficina físicamente. Por desgracia, el resultado fue el que podéis ver en la imagen, un mensaje que dice al usuario cuando accede desde un navegador diferente a Internet Explorer:
"Para utilizar la oficina virtual de la Consejería de Hacienda debe conectarse con el navegador Internet Explorer".
Como hace ya varios años que no dispongo de ningún ordenador con sistema operativo Windows así acabó mi intento de realizar el trámite de forma telemática, esto es, con un sonoro aunque afortunadamente rápido fracaso online. Después de ver el mensaje no me quedó más remedio que abandonar la oficina virtual, descargar el formulario como en ocasiones anteriores, rellenarlo a mano y perder las dos horas de rigor en ir a la ventanilla a registrar el trámite en vez de estar trabajando.

Por supuesto y por desgracia, el caso de la Junta de Castilla y León no es único, sino que la sensibilidad hacia los estándares abiertos en los sistemas de administración electrónica de las administraciones públicas españolas deja bastante que desear. En el lado positivo está el hecho de que se anuncie la limitación de forma tan clara. Aunque no lo advertían, en otras oficinas virtuales de administraciones locales, autonómicas o del estado también me he encontrado con la imposibilidad de realizar un trámite desde un navegador diferente de Internet Explorer o de un sistema operativo diferente a Windows. Y en esos casos el resultado ha sido que he perdido varias horas hasta que finalmente he desistido y he descargado el formulario para rellenarlo en papel y enviarlo por correo. Por favor, sirva este ejemplo para que las administraciones públicas no obliguen a los ciudadanos a pagar licencias de sistemas propietarios fabricados por empresas privadas para hacer tareas que deben ser gratuitas para los ciudadanos, porque además son obligatorias para ellos. Y de forma especial para que lo tengan en cuenta cuando renueven sus sistemas.